Son las doce en punto
El reloj fuma mientras le pregunto si no hay equivocación
A lo cerca
Alcanzo a contar diecisiete disparos
Me pregunto
¿Cuántos hacen la descarga mínima?
No escucho gritos
Solo el susurro de una sangre que no emana olores teñidos
Pienso no será cierto cuando mañana se diga que no hay testigos
¿Acaso el almendro no puede declarar?
El anden gris polvoso
¿La luna?
Si bien se sabe que aprovechando sus influencias en estos casos
No da la espalda
No teme.
Ni el reloj ni yo nos dimos cuenta de la última bocanada del cigarrillo.
Saca otro.
Los perros no le han ladrado a la luna
Ni al sicario
Que al marcharse
Fuma.
¡Excelente poema Carlos! Lo comparto en facebook. Un fuerte abrazo.
ResponderEliminarSilvia